En la Harley va Sandra, valiente y decidida, cruzando rutas mágicas, disfrutando de la vida. La Catrina intrigada la quiso acompañar, pues oyó que por los parches nadie la iba a parar. ¡Vente conmigo, Sandra! —la flaca le gritó Pero ella aceleró y la moto rugió. La muerte cansada ya no pudo alcanzarla… ¡Sandra sigue rodando y la calaca sin pararla!





