En un rugir de motor, con gran estruendo, Rodaba el club Rolling Bones con su hermandad, Iban a explorar, el alma ya ardiendo, Buscando en la aventura la felicidad. La Flaca, celosa de tanto camino, A Chuy, el Presidente, quiso alcanzar: “¡Detente, jefe, que ya es tu destino! De tanto rodar te voy a llevar.” Mas Chuy le contestó con gran firmeza: “¡Ni creas, Huesuda, me vas a espantar! Aún nos faltan rutas con gran belleza, Pueblos Mágicos todos, por ir a conquistar.” Se irían a explorar, su promesa jurando, Rodando rutas mágicas sin dudar, La muerte, al ver la ruta, se quedó planeando Si un buen portafolio de viaje debía llevar. Y así los Rolling Bones, se perdieron en el mapa, sin mirar atrás, La Catrina, molesta, juró que algún día Rodaría con ellos, pero por el camposanto nomás.





