EN su Africa Twin, la Calaca un día, rodaba por la sierra con gran osadía. Buscaba un motero, con casco y con prisa, que a la muerte le diera, ¡ay, qué risa! Con su motor bicilíndrico y rudo, la Honda rugía cual viento sañudo. El piloto, ni se inmutó, a la Huesuda, de lejos, la rebasó.





