Este poblado es un oasis en medio del semidesierto del Bajío Hidalguense, en sus numerosos balnearios emanan cálidas aguas que invitan a escapar de la ciudad, pero no solo eso, el pueblo también atrae por su historia y su arquitectura, pues en las cercanías habitaron antiguas culturas que dejaron vestigios arqueológicos que hablan de épocas pasadas, al igual que el convento franciscano y las antiguas casas abovedadas de la etapa virreinal.





